El año pasado realizamos unas mesas redondas bajo el título: El Renacer de El Cabanyal. Este año hemos estado concentradas en ir simplificándonos la gestión del espacio y aún no hemos celebrado ninguna. Os dejo el reportaje que escribí de la primera, espero que lo disfrutéis, y si estáis interesad_s en participar en las próximas, compartídnoslo y contaremos con vosotr_s!

La mesa redonda que organizamos el martes 28 de febrero sobre el renacer de El Cabanyal puso de manifiesto el papel que el Puerto de Valencia ha de tener sobre el barrio. Que hay un renacimiento es evidente en muchos aspectos, desde el auge cultural y de unión de festivales como Cabanyal Íntim y Mar i Jazz hasta la subida de los precios de los inmuebles. La zona cero fue nombrada, y es sabido que existe un colectivo marginado que quiere integración.

Ocho ponentes han participado en la I Mesa redonda organizada en El Estudio, uno de los espacios de Valor sumado a este nuevo barrio. “Con esta mesa, la primera de varias, proyectamos este renacimiento: que las sinergias de crecimiento entre distintos Agentes+Negocios del barrio se creen de manera positiva y con valor” subrayó Marta Pérez, fundadora del espacio. Tanto ponentes como asistentes han hecho que la reunión sea profesional, cercana y animada. Si bien los habitantes de El Cabanyal reflejan con ganas este renacer, lo que sienten de la Administración son promesas que tardan en aprobarse, llevarse a cabo y con prisas. A nivel institucional fue un acierto contar con Vicent Palací, Jefe de Comunicación y Relaciones Externas de Puerto Valencia, porque su presencia permitió que se dibujaran un sinfín de sinergias entre el resto de participantes.

Palací nos contó que justo antes de estar en la mesa redonda habían conseguido “cerrar el proyecto de la Pérgola: Generar dos ciclos de Conciertos en primavera y en verano con cinco bandas de música de El Cabanyal, Nazaret…” También nos habló del circuito cultural Museo de la Mar, que “conecta lugares emblemáticos como la Casa dels Bous, el Varadero y La Fábrica de hielo, en El Cabanyal, Les Drassanes, en El Grau (tal vez la estación ferroviaria de El Grau) y el Edificio Reloj”. El continente suena fenomenal, y lo que ponentes como Claudia Alfonso, de la agencia de comunicación lavisible, o Marga Alcalá, de Poblados de la mar, que estaba entre el público, subrayaron es lo imprescindible del contenido, que la gente del barrio sienta interés, quiera participar y visitar El Puerto más a menudo, para ello se planteó una reunión con ACIPMAR (Asociación de Comerciantes Industriales y Profesionales del Marítimo) y promocionar un mapa acorde con el nuevo barrio.

Una propuesta interesantísima vino de la mano de Luis Canuto, periodista, en relación a los contactos con grandes empresas que tiene el Puerto y con el objetivo de que éste mire hacia el barrio: que “empresas como Maersk, que tienen tanto dinero que aportar en cada ciudad en la que trabajan, inviertan en el barrio el 0,000001€ de su presupuesto. Es cuestión de hablar con sus responsables de márketing”. Sería un funcionar como en Cofrentes y Almussafes.

Un tema que conllevó sensaciones encontradas del renacer vino con el tema de los inmuebles. Jorge Rubio y Alberto Aguilar, de la inmobiliaria Servitress, nos contaron que “el aumento de alquiler y compra con respecto al año pasado es de un 85% del mercado, y es internacional”. Al no poder controlar el mercado, depende exclusivamente de la demanda, existe la posibilidad de que se convierta en un barrio 100% turístico, que pierda su esencia marinera, que los vecinos se conviertan en desconocidos, y la especulación… “Hace dos o tres años la gente tenía una expectativa de venta muy diferente de lo que hoy quiere porque la zona estaba más desvalorada, no había tanto comprador, tenían un precio muy bajo. A día de hoy es totalmente diferente y muchas veces es complicado transmitirle a los dueños que sus casas no valen tanto como ellos quieren.”

El giro de la tertulia vino de la mano de Jacobo Roger, director artístico de Cabanyal Íntim, de grandes capitales a pequeñitos, y que también crecen como se merecen por su gran aportación de Valor al barrio, con la certeza que desde la cultura se pueden hacer cosas. Hace siete años que empezaron a modo de resistencia: “las casas que querían derrumbar, oponíamos resistencia realizando una obra de teatro en ellas”. Y esas casas, que les sobraban para realizar el festival, este año están justas, os dueños las están reformando, “la gentrificación está viniendo como una ola”. Cuando empezaron, raramente la gente se atrevía a pisar el barrio y consiguieron unos 8.000 espectador_s, el renacer se vislumbra en el Cabanyal Íntim con los 20.000 que tuvieron la última edición (2016). El crecimiento cultural valenciano, en este caso, se mide también en el número de propuestas escénicas, de 56 a 106 que han recibido para la edición de este año, un estallido que todavía no va acompañado de una financiación acorde a este éxito de convocatoria, comenta “¡Claro que estamos abiertos a recibir más financiación”. Ellos siguen apoyando a los vecinos, resistiendo y visibilizando, actualmente desde La Col·lectiva, uno de los centros neurálgicos de El Cabanyal. “El viraje puede ser que no haya que seguir resistiendo dentro de las casas para que no las tumben, sino que tenemos un Puerto estupendo que puede ir transformándose.”

Florian Boss, socio y gerente de No hay nada mejor que 27 amigos y La otra parte ve el barrio «bastante lejos de un Ruzafa». Él también vislumbra “un nuevo Cabanyal” y puntualiza “Todo lo nuevo no es malo, pero hay que ir con cuidado. Mola la idea de estar sentados aquí, todos tenemos una responsabilidad social con el entorno en el que estamos viviendo.” Un ejemplo de uso responsable y social del suelo público es el Festival Mar i Jazz: un día de jazz con entrada libre. Tras mucha insistencia y gracias a ACIPMAR consiguieron el permiso del Ayuntamiento, quienes además pintaron y limpiaron el parque Doctor Lluch. “Había gente que ni sabía que existía este parque”. Participaron seis grupos de música y realizaron actividades para niños, asistieron 4.000 personas. Un éxito. Este año están preparando la segunda edición, que serán tres días y en los dos parques de Doctor Lluch.

Un nuevo giro en la conversación llegó con Christiane Felsberg, diseñadora alemana habitante en La Casa Verde del Cabanyal. “Llevo poco tiempo aquí, pero para mí, falta cultura de barrio, este barrio tiene una cultura con valor de los gitanos también”, en el renacer no se puede olvidar lo que ya hay, forma parte del contexto. Por alusión, Tomás Correas, sentado entre el público pidió la voz. Creador y portavoz de Millorem el Cabanyal, una asociación de mayoría gitana con arraigo familiar en el barrio que trabaja para para romper estereotipos y para visibilizar “que hay una comunidad gitana que es gente humilde, que quiere superar las dificultades para acceder al mercado laboral, y que quiere formar parte del barrio”. Es necesario concienciar a la nueva Administración sobre lo fundamental que es desarrollar la mediación y lo social. “El proyecto EDUSI (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado), de cofinanciación europea, sí que cuenta con artículos más dirigidos al desarrollo social, y hay una inversión relevante, de unos 4 millones de euros. Pero en el ARRU (Área de Rehabilitación y Regeneración Urbana) no hay prácticamente nada contemplado en el tema social. Si inviertes en rehabilitar viviendas pero no te preocupas en quienes van a ocupar esas viviendas, no solucionas el trasfondo del verdadero problema.”

Claudia Alfonso, de lavisible, puntualizó de todo lo hablado “que existe una necesidad de que todas las empresas que estén en el barrio tengan un compromiso social con la zona en la que están viviendo, es lo interesante y constructivo”. Las sensaciones que ella percibe son positivas, y con mucha expectativa “La gente quiere que sucedan ya cosas, y hay que tener en cuenta que estos procesos se llevan a cabo con tiempo, a medio y a largo plazo, para revitalizar un barrio y no gentifricarlo.” Es el caso de La Fábrica de hielo, donde gestionan las actividades culturales que se realizan, un centro cultural que ha rescatado el patrimonio industrial abandonado y con una programación interesante, educativa y lúdica.

Concluimos la mesa con Marta Pérez: “Este primer encuentro merece otras sesiones con el mismo título ‘El Renacer de El Cabanyal’ para ir generando entre todos esta nueva vibración de lo que estamos consiguiendo, de lo que sí, este barrio, está creciendo de una manera sana y enriquecedora, y estáis todos invitados a venir para dar vuestra opinión.” Y para que se note que este centro de negocios innovador surgió de una fusión entre un estudio creativo, una escuela humanista y un centro de negocios, Marta invitó a los ponentes a pintar, con el obsequio de un pincel de artista y pintura dorada, una mesa redonda. El objetivo es ”transmitir desde El Estudio que los negocios son una cuestión de todos y cada uno de nosotros, que cuando trabajamos para otro, también es tu negocio, porque según como lo desarrollemos podemos mejorar parte del mundo con ello, mejorar también nuestro barrio con ello, creando valor para nosotros mismos y para todo lo que nos rodea”.

Translate »